Como ya definimos en Todo lo que debes saber sobre qué es la trazabilidad de un producto, la trazabilidad de un producto sirve para garantizar su calidad y nuestra seguridad, así como también se ocupa de evitar que un producto dañado o incorrecto llegue a tus manos 😉
¿Es la trazabilidad homogénea en todas las industrias?
La respuesta es compleja, porque es verdad que la trazabilidad es aplicable en todas las industrias y que sigue un esquema similar que pretende recoger datos desde las materias primeras que escogemos al servicio final de entrega del producto.
También es cierto, que la regulación recoge documentos estándar que definen y concretan los procesos a seguir para cada tipo de industria.
Además, como comentamos en Trazabilidad alimentaria: todo lo que tienes que saber, los órganos reguladores son dependientes de cada industria. Es así, como por ejemplo, la trazabilidad en la industria alimentaria está supervisada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, ¡que vela por que no te lleves nada raro a la boca!
¿Qué tipos de trazabilidad existen?
Dentro de los sistemas de trazabilidad encontramos tres categorías: trazabilidad interna, trazabilidad retrospectiva y trazabilidad hacia delante.
Trazabilidad interna
También llamada trazabilidad de proceso, responde al control y registro de las actividades por las que pasa tu producto dentro de las instalaciones propias de la organización. Es decir, desde que recibimos el producto, pasando por las fases de procesado que hagan falta, hasta liberarlo para entrega al cliente o intermediario.
En este caso, por ejemplo, podemos pensar en una fábrica de gazpacho, que recibirá las materias primas (pimientos, pepino, ajos, etc), se mezclarán junto a los conservantes escogidos y se envasará el resultado en potes de vidrio. Como el etiquetado es delegado a una empresa externa, lo registraríamos también como último movimiento de la trazabilidad interna.
Trazabilidad hacia atrás
O trazabilidad retrospectiva, es la que registra el origen y las partes del producto final. Con este tipo de trazabilidad nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Quiénes son mis proveedores de materias primas? ¿Qué materiales o productos se han recibido? ¿Cuándo se han recibido? ¿A qué se han dedicado las materias o objetos recibidos?
Un ejemplo fácil de explicar: nuestras joyas, gracias a Tracemark, somos capaces de rastrear el origen de los materiales que utilizamos, que evalúan y escogen los proveedores que nos permite garantizar el mantenimiento de estándares éticos y sostenibles a lo largo de toda la cadena de suministro.
Es decir, tenemos conocimiento de los orígenes de nuestros diamantes desde la extracción minera hasta que llegan a nosotros. Y lo mismo se repite con la plata 100% reciclada que utilizamos.
Trazabilidad hacia delante
Esta clase de trazabilidad engloba los procesos de suministro desde que sale de nuestras instalaciones hasta que llega a la consumidora final. Para ello, es importante el etiquetado de los objetos (fecha de caducidad, número de lote, origen, empresa fabricante y suministradora, etc).
Gracias a este tipo de trazabilidad, se pueden hacer retiradas de un producto y lote específicos en caso de necesidad. Esto es muy práctico, por ejemplo, en la industria farmacéutica, cuando un lote de medicamentos se ve afectado por un fallo de calidad.
Como puedes comprobar, la trazabilidad es clave para poder garantizar la calidad de aquello que nos rodea. Además, es aplicable a una gran variedad de productos, desde productos alimentarios hasta la joyería. Desde Secrecy creemos que es un aspecto importante y es por eso que nuestras joyas son trazables. Te invitamos a que la descubras aquí.
