¿Has oído hablar de la trazabilidad alimentaria? Descubre qué significa y por qué resulta tan importante para todos los consumidores.
Seguro que te suena este término, que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición define como “la posibilidad de encontrar y seguir el rastro, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución, de un alimento, un pienso, un animal destinado a la producción de alimentos a o una sustancia destinados a ser incorporados en alimentos o piensos o con probabilidad de serlo”. Esta definición, que a priori puede resultar complicada, es en el fondo muy sencilla: al hablar de trazabilidad alimentaria nos referimos a toda la serie de procedimientos que permiten conocer cada uno de los pasos que sigue un alimento desde la obtención de sus materias primas, y hasta que llega a los comercios y, por tanto, a los consumidores finales.
¿Por qué es tan importante la trazabilidad alimentaria para el consumidor?
Porque su principal objetivo es garantizar la seguridad del alimento en todas sus etapas, y permite llevar un control sobre todos y cada uno de los riesgos que pueden surgir en su proceso de suministro. Es decir: gracias a este sistema de control, por un lado, el consumidor final tiene una información completa y detallada sobre un producto. Por otra parte, en el caso de que haya alguna alerta, como por ejemplo si se detecta una intoxicación o cualquier otro problema, este sistema permite y hace posible retirar el producto del mercado por parte de las autoridades sanitarias. Y en último lugar, la trazabilidad alimentaria asegura la calidad de los alimentos, al funcionar como si fuera un control de calidad.
Tipos de trazabilidad alimentaria y sus fases
Podemos hablar de tres tipos de trazabilidad alimentaria:
- Trazabilidad hacia atrás, que se centra en el origen de un producto y controla todo aquello que entra a una empresa alimentaria por medio de sus proveedores. Incluye toda la información sobre el proveedor, sobre el origen del producto y sobre qué camino siguió el producto desde que se recibió.
- Trazabilidad interna, también llamada trazabilidad de proceso, que se aplica para tener un control de cada alimento a través de todos los procesos por los que pasa dentro de una empresa (desde la manipulación a los ingredientes, pasando por la maquinaria que se ha empleado para su elaboración, etiquetación, etc., o y la temperatura a la que se ha manipulado en cada etapa del proceso).
- Trazabilidad externa o hacia delante, que se refiere a toda la información de un producto que ya ha alcanzado su fase final y está listo para llegar al consumidor final (incluyendo el cliente destinatario, la fecha de consumo preferente, el almacén del que procede, el número de lote y la fecha de envío del producto).
¿Quién garantiza la trazabilidad alimentaria?
Como hemos visto, por tanto, la trazabilidad alimentaria es fundamental para la seguridad del consumidor, y según el reglamento 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo son responsables de garantizarla:
- Todos los agentes que participan en la cadena de suministro (desde agricultores o ganaderos pasando por productores, transportistas o distribuidores).
- El estado, a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, debe velar porque todos los agentes de la cadena de suministro cumplan con la normativa europea.
- La Unión Europea, que además de legislar al respecto, regula todos los estándares de calidad y seguridad y se encarga también de coordinar las actuaciones de las autoridades de todos sus miembros.
Cómo seguir el rastro de un alimento desde su origen
Para controlar la trazabilidad de un alimento en cada etapa es imprescindible la identificación de los alimentos, que se plasma en su etiquetado. Los métodos más habituales para lograrlo son el código de barras, que es el más extendido y asegura que el producto sigue las normas de trazabilidad alimentaria, y la tecnología RFID, que es un sistema de comunicación inalámbrica por radio.
Del mismo modo que los alimentos siguen este proceso de trazabilidad alimentaria, el resto de productos que encontramos en el mercado deben hacerlo también, desde los productos electrónicos a los diamantes, por poner dos ejemplos. En el caso de Secrecy, todas las joyas, cuentan con trazabilidad completa.
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