Antes de ponernos a analizar la gestión de las emociones lo primero que tenemos que tener claro es qué son y en qué consisten las emociones en general. No se puede intentar analizar y comprender algo sin saber exactamente lo que es.
Podemos decir que las emociones son las respuestas involuntarias y automáticas de nuestro cuerpo, y, en especial, de nuestra mente, que nos permiten relacionarnos con las diferentes personas y las situaciones de nuestra vida. Son, también, los marcadores o indicadores que nos informan de la situación que estamos viviendo, cómo gestionarla y aprovecharla al máximo.
Para qué sirven las emociones
Las emociones nos enseñan a saber en qué estado nos encontramos, cómo nos sentimos, lo que queremos y deseamos, y lo que no. Además, nos dan una visión personal de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, y de esa manera podemos identificar si es bueno o no para nosotros. No existen emociones buenas o malas: todas las emociones son lo que son, sin más vuelta de hoja, en función de lo que nos dan a entender con la información que nos aportan. Las emociones son también una ayuda para nosotros, ya que nos permiten actuar en consecuencia.
Gestionar emociones
Aprender a gestionar y convivir con las emociones es la forma de vivir una vida más plena, más coherente y más feliz. Para ser totalmente felices necesitamos saber gestionar las emociones, para estar preparados para afrontar cualquier situación. Si no somos capaces de gestionarlas bien, con tranquilidad y aplomo, estaremos ante una situación emocional que condicionará y limitará nuestra forma de vivir el día a día.
Lo primero que tenemos que valorar a la hora de gestionar las emociones es que no se trata de negarlas o no hacerles caso, sino de analizarlas y sacar de ellas todo el provecho para poder vivir y sentirnos lo mejor posible. Hay que tener en cuenta que no somos máquinas ni ordenadores, somos personas con nuestras virtudes y nuestros defectos, y necesitamos relacionarnos con los demás. Somos, además, seres sensibles, vulnerables y emocionales, algo que no es negativo, sino todo lo contrario. Sabiendo gestionar nuestras emociones podremos disfrutar de una vida mucho más plena.
Aprender a gestionar emociones
- Lo primero y más importante para poder gestionar las emociones es saber identificar lo que estamos sintiendo. No es siempre fácil, pues son muchos los sentimientos que pueden aflorar y unas emociones pueden ocultar otras, sin embargo, es algo fundamental. ¿Sientes, tal vez, rabia o frustración? ¿Te sientes triste o nerviosa? Darle un nombre e identificar lo que estamos sintiendo nos ayudará a asumirlo y lidiar con ello.
- Las emociones nos dan todo tipo de información, y una vez identificadas lo siguiente es saber por qué nos sentimos así. Es necesario pararse a pensar, escucharnos y comprendernos a nosotros mismos. ¿Qué nos está haciendo sentir así? ¿Una situación incómoda? ¿Una noticia que hemos recibido recientemente? ¿Algo que nos ha pasado en el trabajo, o con algún amigo?
- El siguiente paso es aprender a escuchar a nuestro yo interior para poder responder de la mejor manera a las necesidades que requiere cada emoción, sentir y validar lo que pasa en nuestro interior sin juzgarlo negativamente. Debemos preguntarnos: ¿qué es lo que necesito en este momento? ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor? Para poder responder a nuestras necesidades es muy importante conocernos muy bien, y para ello hay que tener paciencia con uno mismo, pues es un proceso que puede durar toda la vida.
- Una vez que sepamos lo que estamos sintiendo, cuál es su función y qué necesidades nos genera, llegará el momento de darle una salida a toda la carga emocional que sentimos. Para ello, cada persona sabe qué es lo que le va mejor: desde llorar, que no solo no tiene nada de malo sino que muchas veces ayuda a sacarlo todo, a buscar una vía que nos ayude a canalizar las emociones. Hacer deporte, dibujar, cocinar o hacer alguna actividad relacionada con la concentración y el uso de las manos (por ejemplo, coser) son formas muy eficaces para dejar fluir las emociones.
Cómo gestionar las emociones
No existe una receta mágica o infalible para gestionar las emociones: cada persona las siente y las gestiona como puede. Una misma persona en un momento dado puede gestionar una emoción de una manera u otra en función de cómo se encuentre en ese momento. Por eso es fundamental que sepamos identificar y explotar nuestros recursos para gestionar de la mejor forma lo que sentimos. Podemos utilizar todo tipo de herramientas, desde escribir, oír música o dibujar a hacer ejercicio o meditar: cualquier actividad que nos haga sentir mejor y conectar con nuestro yo interior será beneficiosa. Y si nos sentimos bien estaremos en el buen camino para ayudarnos a nosotros mismos.
Por eso nos permitimos recordarte que lo más importante es sentirte bien contigo mismo y con lo que sientes. Andar el camino y atravesar emociones es la mejor manera de aprender a gestionar nuestras propias emociones. Tener debilidades y ser vulnerables, como humanos que somos, nos ayudará a ser más fuertes, más libres y a crecer como personas, y nos encaminará a estar a la altura de lo que esperamos de nosotros mismos.
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