¿Pensabas que para conseguir una piel cuidada y radiante es necesario invertir grandes cantidades de dinero en
¿Pensabas que para conseguir una piel cuidada y radiante es necesario invertir grandes cantidades de dinero en cosméticos? Nada más lejos de la realidad y te lo vamos a demostrar. Hoy te proponemos cuatro recetas de mascarillas caseras para la cara que podrás hacer fácilmente, a base de ingredientes naturales, y que aportan múltiples beneficios a la piel. ¡Descúbrelas!
Los ingredientes naturales pueden sacar lo mejor de tu piel. Prueba estas mascarillas. ¿Quieres dar el toque final? Descubre nuestra colección Essentials, joyas inspiradas en la naturaleza que resaltarán tu belleza natural.
En todos los casos, ten en cuenta que al no llevar ningún tipo de conservante, los ingredientes de estas mascarillas se estropean rápidamente, por lo que recuerda prepararlas en el momento en que las vayas a utilizar. Y aplícalas siempre sobre la piel limpia y evitando el contorno de los ojos.
Mascarilla todo en uno
Esta mascarilla es un básico de la cosmética natural y casera, porque cumple varias funciones en un solo paso: hidrata en profundidad, nutre y potencia la luminosidad, al ser rica en vitamina C (procedente de las fresas).
Ingredientes:
Cuatro fresas (lavadas y sin rabito), medio yogur natural y tres cucharadas soperas de miel.
Preparación:
Tritura las fresas (puedes cortarlas previamente en trozos) con ayuda de un tenedor, incorpora el yogur y la miel, y mezcla bien. A continuación, aplica la mascarilla sobre la piel del rostro (si quieres, también en el cuello y el escote), y deja que actúe durante 15 minutos. Transcurrido este tiempo, aclara bien con abundante agua tibia, seca y aplica tu tratamiento habitual.
Mascarilla exfoliante
En esta receta puedes regular la intensidad de la exfoliación para que se ajuste a las necesidades y las características de tu piel (si es seca o sensible, cuanto más suave, mejor). Perfecta para eliminar las células muertas y las impurezas que se depositan sobre la superficie de la piel, restándole luminosidad y aportando un aspecto fatigado e irregular.
Ingredientes:
El zumo y la pulpa de un limón, medio yogur natural, cuatro cucharadas soperas de azúcar. Para una exfoliación suave, utiliza azúcar refinada (blanca). Si buscas un efecto más intenso y una limpieza más profunda, opta por azúcar moreno de caña sin refinar.
Preparación:
Exprime el limón y arranca parte de la pulpa con ayuda de un tenedor (elimina las pepitas). Incorpora el yogur y mezcla bien. Por último, añade el azúcar y remueve ligeramente (no nos interesa que el azúcar se disuelva y se integre con el resto de ingredientes, pues perdería el efecto exfoliante). Aplica sobre el rostro, cuello y escote, deja que actúe durante cinco minutos y realiza un suave masaje por toda la superficie en la que hayas aplicado la mascarilla con movimientos circulares, para favorecer el arrastre de las impurezas. Aclara con abundante agua tibia, seca y aplica tu tratamiento habitual.
Mascarilla para pieles grasas
Si tu piel tiene tendencia a tener brillos e impurezas, esta mascarilla te resultará muy eficaz, además de ser suave y respetuosa con la piel. Si tienes la piel mixta puedes aplicarla solamente en las zonas críticas (frente, nariz y barbilla), donde tienden a acumularse la grasa y las impurezas.
Ingredientes:
Una rodaja de piña natural pelada, el zumo de medio limón, dos cucharadas de ralladura de piel de naranja y dos cucharadas soperas de copos de avena.
Preparación:
Tritura la piña, incorpora el zumo y la ralladura de naranja y mezcla bien. A continuación añade los copos de avena, remueve suavemente y aplica la mascarilla sobre el rostro (o sobre las zonas que lo precisen). Deja actuar durante 20 minutos y retira con abundante agua tibia, para terminar secando suavemente y aplicando un tratamiento astringente y seborregulador.
Mascarilla hidratante y reparadora
Ideal para todo tipo de pieles, especialmente las más secas, es muy sencilla de preparar y sus efectos son inmediatos. Es, también, perfecta para reparar la piel tras someterla a una agresión, como por ejemplo una quemadura solar o la exposición a un frío intenso.
Ingredientes:
Aguacate maduro (dependiendo del tamaño, juzga si te sirve con medio o necesitas uno entero), dos cucharadas de miel, una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Pela y machaca el aguacate con ayuda de un tenedor (si está bien maduro te resultará más fácil), incorpora la miel y el aceite de oliva y mezcla bien hasta conseguir una pasta consistente. Aplica sobre la piel del rostro de manera uniforme, deja actuar durante 10 minutos y retira con abundante agua. Seca cuidadosamente y aplica un tratamiento hidratante.