Slow fashion: la moda sostenible ha llegado para quedarse
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Slow fashion: la moda sostenible ha llegado para quedarse

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La industria de la moda es una de las que tienen un mayor impacto en el planeta. ¿Sabías que para fabricar un pantalón vaquero se necesitan unos 3.000 litros de agua? ¿O que, de media, nos ponemos las prendas que compramos solo siete veces? 

Estos datos ya tienen un movimiento que da respuesta: la slow fashion. En este artículo contamos qué es y damos algunos consejos para comprar de manera más responsable con el medio ambiente.

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¿Qué significa slow fashion?

El término slow fashion apareció por primera vez en 2007 de la mano de la investigadora, escritora y activista Kate Fletcher. Ella misma define la slow fashion como “moda que fomenta la integridad ecológica y la calidad social a través de los productos, los hábitos de uso y las relaciones”.

Desde entonces, el consumo ético se ha ido expandiendo y cada vez son más las personas que se suman a él (y ya no solo en lo relativo a la moda, sino también a la alimentación o a la decoración). 

Slow fashion vs fast fashion

Si hay un slow, es porque hay un fast. En este caso, el término fast fashion se refiere a la forma tradicional de producción de la industria de la moda: crear grandes volúmenes de ropa de la manera más rápida posible. Algunas características de la fast fashion son:

  • Consumo excesivo de recursos naturales. Un solo vaquero requiere de 3.000 litros de agua en su fabricación. Una camiseta de algodón, 2.500 litros. 
  • Gran generación de residuos. Una gran producción genera un gran número de residuos. Las empresas que no tienen una metodología responsable con el medio ambiente vierten muchos de estos residuos directamente al mar.
  • Moda pasajera. La ropa que se fabrica de forma rápida también se desgasta antes. 
  • Condiciones laborales más precarias. La fast fashion también es más económica. Y si se rebaja el precio, también lo hacen los costes, como el del personal, lo que puede acabar conllevando condiciones laborales injustas.

Características de las prendas slow fashion

El movimiento slow fashion se basa en ideas con base más sostenible y ética. A continuación, te mostramos las características principales de las prendas slow fashion.

Materiales sostenibles y de calidad

La slow fashion utiliza materiales ecológicos y de calidad, como el lino, el algodón reciclado u orgánico, el bambú, etc.

Usando estos tejidos se consigue no solo que su fabricación sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente, sino también que las prendas duren más tiempo.

Diseño atemporal

El diseño de sus prendas es atemporal. La mayoría de las tiendas cambian sus escaparates cada dos semanas con la intención de rotar las prendas y tentar a los clientes para comprar más a menudo. Las marcas slow fashion lanzan un par o tres colecciones al año, con diseños de estilos más neutros.

Optar por complementos de calidad, atemporales y versátiles es una buena forma de comenzar a comprar de manera responsable. En Secrecy apostamos por joyas básicas que podrás combinar durante muchos años, ¡descúbrelas aquí!

Apoyo a condiciones laborales justas y a la economía local

Normalmente, las tiendas donde se venden las prendas slow fashion son comercios pequeños, artesanos en muchas ocasiones, preocupados por el consumo ético. Comprar prendas ecológicas significa también ayudar a conseguir unas condiciones laborales más justas.

Tips para comprar de forma más responsable

Después de analizar las diferencias entre slow fashion y fast fashion llega el momento de saber cómo poner rumbo a un consumo de moda más responsable. Aquí algunos tips:

  • Revisar el etiquetado: saber de dónde procede la prenda o qué materiales se han utilizado en su fabricación son buenas pistas para determinar si una prenda es ecológica.
  • Evitar la impulsividad: las compras compulsivas e irracionales, así como las grandes campañas de rebajas, se alejan de la slow fashion. Es preferible pensar si esa prenda es realmente necesaria antes de comprarla.
  • Elegir prendas artesanales mejor que industriales: las prendas hechas a mano se acercan más a la teoría de la slow fashion. 
  • Optar por prendas ecológicas, recicladas o basadas en la economía circular: las prendas vintage o de segunda mano también ayudan a parar la rueda del consumismo excesivo.
  • Alargar la vida de las prendas: si las prendas tienen mayor calidad, también tendrán una mayor durabilidad. 

El movimiento slow fashion ha llegado para quedarse: cada vez son más las personas que quieren consumir de forma responsable y contribuir a una economía más justa y sostenible.