De un tiempo a esta parte parece que el término coaching está por todas partes. Coaching profesional, coaching nutricional, coaching deportivo, coaching espiritual… Hoy vamos a profundizar en el coaching espiritual, y en cómo puede ayudarte a mejorar tu vida. El primer punto para entender qué es el coaching espiritual es conocer el término coach, que en inglés significa simplemente entrenador. Viene del ámbito deportivo, en el cual el coach centra sus esfuerzos en que los miembros de su equipo, en cualquier deporte, consigan ser la mejor versión de sí mismos. Una vez comprendida la primera parte es sencillo entender el significado del término completo: si le sumamos espiritual, tendremos que un coach espiritual es, básicamente, un entrenador espiritual.
¿Para qué sirve el coaching espiritual?
Al igual que en un equipo deportivo el entrenador dirige, enseña e intenta sacar lo mejor de cada uno de sus jugadores, el coach espiritual trabaja para guiar, enseñar y acompañar a las personas a la hora de conectar con su parte espiritual, su esencia, y les ayuda a reconocer todo lo que hay dentro de ellos, a encontrar el sentido de su vida, y a sacar de su interior todo su potencial, para de este modo ser capaces de desarrollarse plenamente y lograr que su vida sea tal y como sueñan. Es importante pensar que la labor de un coach no es simplemente aplicar una serie de herramientas o de técnicas, sino que va más allá: su objetivo último será cambiar los paradigmas, la forma de pensar y de entender la vida, para que cada persona sea capaz de transformarse en quien desearía ser por medio de lo que se conoce como aprendizaje transformacional.
Qué hace un coach espiritual
Por lo general, a las personas que recurren a un coach se les suele llamar consultantes. Por tanto, podríamos decir que un coach espiritual, a grandes rasgos, acompaña y apoya a sus consultantes en su búsqueda y su reconocimiento espiritual. Yendo un poco más allá podríamos decir también que el coach ayuda a sus consultantes a curar sus heridas interiores y a transformarse en la mejor versión de sí mismos, reconociendo y posteriormente dejando atrás inseguridades, miedos, frustraciones, limitaciones, rencores y otros sentimientos negativos que se encallan en lo más profundo y no permiten a las personas avanzar y alcanzar sus metas y sus sueños. Y, por otra parte, les proporciona las técnicas, herramientas y estrategias para que puedan entenderse a sí mismos, realizar los cambios que necesitan, asumir su responsabilidad en los aspectos que no les gustan de su vida y emprender el camino para conseguir el equilibrio y la paz a nivel tanto mental como espiritual. Por su parte, el coach puede seguir alguna corriente espiritual (como, por ejemplo, el budismo), o alguna religión, o bien no adherirse a ninguna de estas.
En conclusión, podríamos decir que el coaching espiritual es algo así como un entrenamiento y un acompañamiento en los aspectos espirituales de la vida, y que el coach es el encargado de guiarnos y llevarnos de la mano para reconocer y alcanzar cuáles son nuestro camino y nuestras metas y poder llegar a desarrollar nuestro potencial espiritual al máximo.
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