¿Qué necesita tu piel? Tipos de piel y cómo cuidarla - The Secrecy Magazine
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¿Qué necesita tu piel? Tipos de piel y cómo cuidarla

12 minutos

Qué es la piel

La piel es el mayor y más extenso órgano del cuerpo humano, tanto en la superficie que ocupa como en el peso que supone. Veamos algunos de sus rasgos más destacados:

  • Representa, aproximadamente, la séptima parte del peso total del cuerpo. En relación a la altura y a la masa corporal, tiene un peso de entre 3,5 y 10 kg; y una superficie total de entre 1,5 y 2 metros cuadrados que cubre todo el cuerpo humano. 
  • Por tanto, podemos decir que la piel es uno de los órganos más importantes del cuerpo
  • Está formada por tres capas muy diferenciadas: la epidermis (la más exterior), la dermis o capa intermedia, y la hipodermis, también llamada tejido graso subcutáneo.
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Funciones de la piel

Aunque desempeña muchas funciones diferentes en el cuerpo humano, podemos decir que tiene cuatro principales, que son la protección, la regulación de la temperatura, la sensación y el almacenamiento

  • Protección: sin duda la principal función de la piel, supone la barrera entre el cuerpo humano y el exterior. Nos protege a muchos niveles: de las variaciones térmicas y la radiación solar, de la entrada de gérmenes, microorganismos como virus y bacterias, sustancias tóxicas y productos químicos nocivos.
  • Es el órgano de la sensación, y hace que sintamos frío y calor, picor, dolor y presión, y que reaccionemos ante ellos. 
  • La piel tiene también una función de almacenamiento, ya que puede contener en su interior elementos necesarios para el organismo, como son el agua, las grasas, productos metabólicos, así como hormonas.
  • Desde el punto de vista de la regulación, la piel regula diferentes aspectos de la fisiología, como son los cambios que se llevan a cabo en la circulación periférica, la regulación de la temperatura y de la hidratación.

Diferentes tipos de piel

En lo referente a los diferentes tipos de piel se puede establecer una primera clasificación que hasta ahora se limitaba a cuatro grandes tipos de piel bien diferenciados, como son la piel normal, grasa, seca y mixta, con características muy definidas. Pero en la actualidad se han considerado tres tipos más de piel que antes estaban incluidos en las cuatro categorías anteriores, pero que ahora tienen atribuido un tipo de piel diferenciado. Estos son la piel madura, la piel con tendencia al acné y la piel sensible. 

Por otra parte, existen otros criterios para clasificar los distintos tipos de piel: la clasificación de Fitzpatrick de 1975 está basada en el color de la piel y en cómo responde a la exposición al sol. Esta clasificación, conocida como fototipo, se utiliza para identificar qué tipo de factor de protección solar es el más adecuado para cada piel.

Además, desde el punto de vista de la cosmética, la piel se clasifica también en relación con diversos factores, de los que dependerá su equilibrio, como son la descamación, la secreción sebácea, la hidratación y la sensibilidad. El tipo de piel viene determinado por la genética, aunque hay factores como las agresiones externas, la contaminación, la edad, la temperatura y la humedad ambiental.

Piel normal

Tiene unas características muy definidas, como la firmeza, y se acompaña de finas líneas y arrugas suaves. Los poros, en este tipo de piel, son pequeños y finos, casi imperceptibles, y no tiene necesidad de una hidratación intensiva ya que la hidratación está bien regulada. Tampoco necesita eliminar un exceso de sebo. Su textura es regular, sin imperfecciones, y su aspecto, limpio. Su tacto es suave, aterciopelado y liso, y es una piel transparente, uniforme, de color rosado y fresca. Aunque su nombre haga pensar lo contrario, es un tipo de piel poco común.

Dado que es una piel equilibrada y sin apenas sequedad, es fácil de tratar y admite la mayoría de productos que podemos encontrar en el mercado. Le sentarán muy bien los geles limpiadores purificantes, así como las cremas hidratantes

Piel grasa, oleosa u oléica

Este tipo de piel tiene una característica muy clara, el aspecto brillante que viene dado por el exceso de producción de grasa por parte de las glándulas sebáceas y la no retención de la humedad. Los poros suelen ser grandes y estar abiertos, y a veces aparecen puntos negros y espinillas. La ausencia de líneas de expresión y arrugas es característica de este tipo de piel.

  • En algunas ocasiones la piel grasa está determinada por causas genéticas y hormonales. Este tipo de piel es la más frecuente en los adolescentes y las personas menores de 30 años. 
  • La hiperproducción de sebo o grasa se denomina seborrea, y es la causante de las principales características que definen la piel grasa, mientras que la baja producción de sebo es la principal causa de la piel seca. 
  • Ciertos medicamentos, así como el estrés y la ansiedad, pueden favorecer que la piel se vuelva grasa, así como el uso de cosméticos inadecuados

Para un buen cuidado de la piel grasa deberemos evitar los ingredientes comedogénicos, y sus productos ideales serán los purificantes, así como las cremas hidratantes y mascarillas con arcillas en su composición.

Piel seca

La sequedad de este tipo de piel se debe, principalmente, a la falta de grasa. Los poros son prietos y la piel es sensible, a veces con descamaciones, picor e incluso grietas. El medio ambiente y sobre todo la contaminación agravan el estado de las pieles secas, que se sienten tensas, tirantes, y tienden a formar pequeños surcos o líneas cuando se pellizcan. Esto es debido a que no tiene la suficiente humedad ni elasticidad. En algunos casos la piel seca puede ser temporal, debida a causas externas como el clima o la baja humedad del aire. 

  • En la piel seca suele haber sensación de aspereza y de tirantez. También es característica la opacidad, y en algunos casos, el color grisáceo. La piel se acaba agrietando y aparecen el picor y la descamación
  • La piel seca produce menos sebo, y por ello carece de los lípidos necesarios para retener la humedad y crear un escudo protector frente a las agresiones externas. Esto produce un deterioro de su función barrera. Además, carece de factores hidratantes naturales. Dentro de este tipo de piel se pueden establecer diferentes categorías: seca, muy seca y extremadamente seca.

Piel madura

Se manifiesta con unas características muy particulares, como son las manchas, la flacidez, la deshidratación y la falta de vitalidad. Debido a ellas, necesita cuidados especiales y tratamientos específicos, para que logre equilibrarse. Entre sus necesidades y cuidados destacarán la necesidad de hidratación y nutrición, la flacidez y el envejecimiento visible, por lo que se recomienda utilizar tratamientos antiedad globales.

Piel con tendencia acnéica

Se trata de una piel gruesa, en la que los poros se obstruyen con facilidad, dando lugar a la aparición de acné y espinillas, erupciones y pústulas, y enrojecimiento. Las impurezas se hacen aún más visibles cuando entran en juego factores como el estrés y la ansiedad, cambios hormonales o una alimentación deficiente.

Debe cuidarse con mucha delicadeza, para aportarle todo lo que necesita. Ante cualquier duda lo mejor es acudir al dermátólogo.

Piel sensible

Puede ser debida a diferentes factores, entre los cuales podemos destacar las alergias, la contaminación y el medio ambiente en general. Cuenta con características muy particulares, como son el picor, la erupción y el ardor (por ejemplo, cuando utilizamos cosméticos que no son adecuados para ella). 

Se irrita con facilidad, es frágil, y reacciona de forma exacerbada ante estímulos que no afectan a las pieles normales. Su función barrera está alterada, lo que favorece que microorganismos y sustancias irritantes puedan penetrar en ella provocando infecciones y reacciones alérgicas. 

Hay que tener  mucho cuidado antes de aplicar un producto en este tipo de piel, ya que suele reaccionar rápidamente a cualquier tipo de fragancias, agentes irritantes e ingredientes purificantes y fórmulas muy potentes.

Y ahora que ya conoces todos los tipos de piel, te recomendamos que hagas un ejercicio mental para saber cómo es la tuya y si le estás dando los cuidados que necesita. ¡Cuídate y mímate como merecéis tú y tu piel!

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¡Hola soy Aina Oranich, la persona detrás de la Beautyteca! Es un espacio de reseñas y opiniones de productos de maquillaje, cosmética facial, corporal y capilar dónde comparto mi afición por la belleza. Además, me apasiona el mundo digital así que siempre he enfocado mi carrera profesional al diseño y gestión de proyectos digitales. He trabajado en varias tiendas de belleza y ya en la universidad, tuve la oportunidad de hacer prácticas en una revista de belleza, estética y uñas.