Últimamente se oye hablar mucho del autocuidado. Este término, que por suerte cada vez está más extendido, se refiere, obviamente, a cuidar de uno mismo. Pero no solo en lo que se refiere al estado físico o de salud: mantenernos limpios y aseados, alimentarnos de forma variada y saludable, hacer ejercicio, dedicar el tiempo necesario al descanso… El autocuidado va más allá y entra en un terreno más profundo. Cuidarnos no solo por fuera sino también por dentro, buscar nuestro bienestar a todos los niveles y querernos de todo corazón. Desde el conocimiento profundo de que para cuidar a los demás, y dar lo mejor de nosotros, primero tenemos que cuidarnos a nosotros mismos, buscar nuestro bienestar tanto físico como emocional, y estar en paz y a gusto con nosotros mismos.
¿Por qué es importante el autocuidado?
Cuidarse a uno mismo como merece se traduce en un estado de bienestar y equilibrio que repercute en todos los aspectos de nuestra vida. En el plano personal y las relaciones con nuestros seres queridos, en el plano familiar, en el laboral… Solo cuidándonos como merecemos seremos capaces de alcanzar todo nuestro potencial y dar lo mejor de nosotros mismos. Trabajar el bienestar personal y la autoestima nos ayuda a mejorar nuestra relación con el mundo y con las personas que nos rodean, y si tenemos todas nuestras necesidades, físicas y emocionales, cubiertas, sentiremos una tranquilidad, una paz, un bienestar y un estado de plenitud que se harán evidentes en todos los ámbitos de nuestra vida.
Cada persona es, en gran medida, responsable de su propio bienestar, y solo si lo fomenta será capaz de transmitir ese bienestar a los demás, y vivir plenamente.
Cómo practicar el autocuidado
El primer paso a la hora de cuidarse a uno mismo consiste en realizar un examen de conciencia para identificar aquello que nos hace sentir bien y nos dirige hacia la felicidad y el equilibrio, y aquello que nos genera un malestar, ya sea físico o emocional. Escuchar a nuestro cuerpo y a nuestro corazón, analizar cómo nos sentimos y por qué cada vez que ocurre algo que altera nuestro estado, es algo fundamental. Y no solo escucharnos, sino dar respuesta a nuestras necesidades. Aprender a gestionar nuestras emociones es esencial para sentirnos y vivir mejor.
Asimismo, es imprescindible encontrar, en nuestro día a día, tiempo para nosotros, pero no solo para los cuidados básicos, sino para reforzar nuestro bienestar a todos los niveles: dedicarnos un rato para disfrutar de una afición, quedar con seres queridos que nos alimentan el alma, o simplemente pasar un rato en el que nuestra primera prioridad seamos nosotros mismos: tomar un baño relajante, leer un buen libro, meditar, escribir nuestros pensamientos para ordenar ideas…
El tercer paso para el autocuidado es desterrar los pensamientos y mensajes negativos que nos enviamos a nosotros mismos, y sustituirlos por otros más positivos y motivadores. Automensajes como “soy un desastre” o “no puedo con esto” deben desaparecer de nuestra mente, y tenemos que ejercitar cómo nos tratamos y en qué tono se produce nuestro diálogo interior. Mantener una actitud positiva frente a la vida, y empezar a mandarnos mensajes positivos (por ejemplo: “no soy perfecta, pero tengo muchas cosas buenas”, o “este puede que no sea mi punto fuerte, pero me esfuerzo para hacerlo lo mejor posible”) nos ayudará a cuidarnos, poco a poco, cada vez más.
Aina Oranich
¡Hola soy Aina Oranich, la persona detrás de la Beautyteca! Es un espacio de reseñas y opiniones de productos de maquillaje, cosmética facial, corporal y capilar dónde comparto mi afición por la belleza. Además, me apasiona el mundo digital así que siempre he enfocado mi carrera profesional al diseño y gestión de proyectos digitales. He trabajado en varias tiendas de belleza y ya en la universidad, tuve la oportunidad de hacer prácticas en una revista de belleza, estética y uñas.
